Una sala que ha sido testigo de decisiones clave para la ciudad ahora lleva el nombre de quien las acompañó durante décadas. En el edificio consistorial de Chillán, se inauguró oficialmente la “Sala de Reuniones Vasco Sepúlveda Landeros”, en homenaje a un funcionario que dedicó más de medio siglo al servicio público. La ceremonia se realizó en el marco de la Semana del Funcionario Municipal, con la presencia de autoridades, concejales, colegas y familiares del homenajeado.
La iniciativa fue aprobada por el Honorable Concejo Municipal mediante el acuerdo unánime en sesión extraordinaria celebrada el 23 de septiembre de 2025.
El alcalde Camilo Benavente encabezó el acto, destacando el valor simbólico de este reconocimiento al ex secretario municipal. “Quiero agradecerle a todos estos momentos en donde materializamos un hecho que es simbólico en el contexto del funcionario municipal… nos permite reflexionar sobre el pasado, el presente y el futuro de los que vivimos aquí… La vocación pública es una decisión”, dijo.
Vasco Sepúlveda Landeros, de 80 años, agradeció este reconocimiento. “No tengo palabras para expresar mi gratitud, especialmente en concejal Iván Badilla que propuso mi nombre para este homenaje, al señor alcalde y al honorable Concejo que aprobó esta proposición con pura dignidad, demostrando una generosidad que a mis 80 años me conmueve”, expresó.
La trayectoria de Sepúlveda comenzó en diciembre de 1964 en la Municipalidad de Coihueco, donde ocupó diversos cargos, incluyendo el de Alcalde subrogante. En 1978 se trasladó a Chillán como Secretario Municipal, rol que desempeñó por más de cuatro décadas, colaborando con siete alcaldes y participando en hitos como la creación de más de mil organizaciones comunitarias y el juramento del primer Concejo Municipal de Chillán Viejo.
El concejal Iván Badilla fue quien propuso su nombre para este homenaje, gesto que fue aprobado por unanimidad. La sala, ubicada en el corazón del edificio municipal, será desde ahora un espacio de encuentro que lleva consigo el legado de compromiso, vocación y respeto por la comunidad que caracterizó a Sepúlveda.
La ceremonia cerró con un aplauso prolongado, en el que se mezclaron recuerdos, gratitud y emoción. Chillán no solo honra a un funcionario, sino que reconoce en Vasco Sepúlveda Landeros una historia viva de servicio, una memoria que seguirá inspirando a quienes trabajan por el bien común.