Productores de PRODESAL Chillán rescatan semillas ancestrales

La actividad buscó preservar la biodiversidad y fortalecer la resiliencia agrícola frente al cambio climático.

“Hay semillas que están desapareciendo, y si no las recuperamos, vamos a perder parte de nuestra historia”, advierte con emoción Fresia Vásquez, pequeña productora de Quinchamalí. Su anhelo se multiplicó en el Encuentro de Intercambio de Semillas realizado en Chillán, una jornada cargada de identidad rural, memoria agrícola y esperanza en un futuro sustentable.

El evento, enmarcado en el convenio entre INDAP y el programa PRODESAL Chillán, reunió a cerca de 45 agricultores y agricultoras de distintas localidades de la comuna para intercambiar semillas de maíz, porotos, lechugas, tomates, acelgas y otras hortalizas en sus versiones más tradicionales. Aquellas que aún conservan los sabores y texturas de antaño, y que además resisten el cambio climático y las condiciones extremas de la naturaleza.

“Con esta actividad buscamos rescatar variedades que se han perdido con el tiempo. La pérdida de diversidad genética es una amenaza silenciosa, y recuperar estas semillas es recuperar cultura, autonomía alimentaria y también resiliencia frente al cambio climático”, explica Pablo Fierro, encargado de PRODESAL Chillán.

El intercambio no solo fue un evento, sino también un punto de encuentro de saberes compartidos, donde cada grano guardaba una historia.

Para orientar y apoyar este proceso, Agustín Infante, del Centro de Educación y Tecnología (CET) de Yumbel, detalló las condiciones necesarias para acondicionar, almacenar y conservar correctamente las semillas.

“Las semillas que se han criado en estos suelos están adaptadas a su entorno, a las familias, a los ritmos del territorio. Cuando las intercambiamos entre personas del mundo campesino, lo que circula es una semilla armónica, no intervenida. Son esas las que pueden resistir la sequía, los incendios, la degradación del suelo. Son nuestras aliadas naturales frente a las crisis”, señaló Infante.

La jornada también tuvo un fuerte componente educativo y comunitario, con la participación de productores que transitan hacia prácticas agroecológicas y sustentables.

“Cada zona tiene sus propias condiciones. Una semilla que funciona aquí puede no sobrevivir en otro lugar. Por eso este intercambio no es solo útil, es necesario para asegurar nuestra soberanía y la biodiversidad de nuestros cultivos”, expresó Renato Segura, director de Desarrollo Económico y Productivo (Didepro), quien participó en la actividad, junto a la concejala Catalina Sandoval y Carol Lagos, en representación de Dideco.